¿Conoces las Neurociencias y su vínculo con el Marketing y la alimentación?



Las neurociencias según Mora y Sanguinetti “estudian la estructura y la función química, farmacología, y patología del sistema nervioso y de cómo los diferentes elementos del sistema nervioso interaccionan y dan origen a la conducta.” (Mora, F. y Sanguinetti, Diccionario de neurociencia, 1994).
Con la definición anterior, podemos decir que el objetivo de las neurociencias ha sido conocer el funcionamiento y la estructura del sistema nervioso, con el fin de revelar cómo está organizado. Pero con el paso del tiempo se ha buscado ir más allá, deseando no sólo saber cómo es que el cerebro funciona, sino conocer el efecto que tienen nuestras conductas, emociones y pensamientos sobre el sistema nervioso.
El interés por las neurociencias nació en la década de los 90’s, al surgir nuevas técnicas de investigación no invasivas, por ejemplo; resonancia magnética funcional, electroencefalograma y magnetoencefalograma.
Fue entonces que, a través de diferentes técnicas, la neurociencia logró aproximarse al conocimiento del comportamiento del consumidor y demostrar que los procesos mentales están relacionados con las emociones
De esta manera el marketing encontró una forma de analizar cómo se comporta el cerebro de los consumidores, encontrando una unión entre las neurociencias y el marketing, analizando un nuevo concepto conocido como neuromarketing.
El investigador de neuromarketing y autor del estudio “La neurociencia del consumidor”, César Salazar, explica que el neuromarketing se sostiene de la neurociencia. “En su gran mayoría por influencia del inconsciente y no necesariamente son “racionales”, sino que muy emocionales”
Bajo estos análisis es como las marcas pueden crear productos y servicios específicos y especialmente diseñados para el consumidor ideal, recordando que el sentido emocional siempre será el protagonista de las decisiones del consumidor a la hora de tomar una decisión.
Para la alimentación, es un vínculo similar, estudios indican que tener una selección adecuada de los alimentos que se ingieren, permite lograr un potencial mayor de las funciones cognitivas y emocionales que el sistema nervioso es capaz de crear. 
Los aminoácidos son clave fundamental para activar los neurotransmisores, los cuales son responsables de las funciones nerviosas y estimulan las neuronas. Es por eso que una alimentación que es baja en nutrientes puede afectar las capacidades corporales, emocionales, espirituales y mentales. 

La neurociencia fue d gran apoyo para comunicarse con el sistema nervioso, debido a que ha sido más fácil analizar que alimentos provocan conexiones cerebrales, para ayudar en problemas de alimentación, obesidad, etc.

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